Opinión
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  • Diario del Altoaragón

La inagotable fuente privada de ingenio

No es preciso establecer comparaciones porque los grados de responsabilidad, de carga y de cargo son diferentes. Tanto como la percepción de los niveles de acierto-error entre la imprevisible línea argumental y de decisión del Ejecutivo central y la de una comunidad como Aragón. Más allá incluso de las terribles cifras, el Gobierno de Sánchez, encerrado en una atalaya desde la que sólo suelta prédicas inacabables, se ha hecho antipático ante la iniciativa privada, ante las empresas, que tienen más temor que esperanza. Y esa atmósfera es inconveniente. Por el contrario, en nuestra comunidad autónoma, frente a las prohibiciones y las confiscaciones, el diálogo largamente cultivado ha llevado al entendimiento y al permiso del Pignatelli para que las compañías propicien los test a sus empleados, dentro del cumplimiento legal de las obligaciones de seguridad e higiene en el trabajo, al que ha sucedido el anuncio desde CEOE Aragón de que impulsa la iniciativa "Volvemos #alTrabajoconSalud" con pruebas hasta final de año en coordinación con las autoridades sanitarias. Una empatía que no hace sino confirmar la certeza de que, de la mano de las autonomías, la gestión de esta crisis hubiera sido más eficaz que la de la anquilosada maquinaria de un ministerio que perdió el pulso con las transferencias hace años.

La fuente privada del ingenio es inagotable y así lo ha entendido el Ejecutivo aragonés. Sobre el ejemplo de los test o el que hoy traemos a nuestras páginas de la admirable iniciativa del oscense Alberto Ibor que, con la cooperación público-privada, entre anonimatos y pasos al frente, llena de imágenes la conexión interrumpida de los mayores de las residencias con sus familias. Y así, de repente, descubren que hoy es el Día de la Madre. Y todo se humaniza más.