Un nuevo modelo

Un 19 de abril, en plena guerra civil, se decretó la unificación de las dos fuerzas políticas participantes en la contienda. Ambas formaciones y en aras a facilitar la victoria final, renunciaron a sendos postulados de sus credos. Luego vino la reconstrucción de lo derruido y transcurrida la década de los años cuarenta el desarrollo económico y social de España llevado a cabo por ministros competentes y ajenos a cualquier bandería política. La situación de aquellos años ha sido comparada a la de nuestros días, si bien ahora no hay cartillas de racionamiento ni carencias de alimentos básicos. Cuando los maquis merodeaban por la provincia in vespertino toque de queda en la capital también dejaba las calles desiertas. No hay mal que cien años dure y, por consiguiente tiempo habrá para juzgar las improvisaciones y errores cometidos de cuyo conocimiento y, tras el fin de la pandemia, habrá de salir un nuevo modelo de democracia más interesado en el bienestar de los ciudadanos frente a la lujuria del dinero recuperando los valores morales y éticos perdidos e "higienizando" la retórica y las formas parlamentarias. Un nuevo modelo que haga innecesarios los sórdidos arrabales y los campos de refugiados. Quienes hemos tenido la dicha de transitar por el siglo más convulso de la Historia pero también el más creativo podemos sentirnos satisfechos de haber cumplido con los deberes impuestos por las circunstancias y de legar un patrimonio nacional mucho mejor que el recibido por nosotros.