Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Listo, pero tarde

En la vieja tradición de los españoles inmigrantes a los países centroeuropeos, había una expresión que recorría las generaciones en una paradoja que explicaba las carencias y el desfase respecto al desarrollo con las naciones que les acogían: el español listo, pero tarde. Bien podemos aplicar a la situación actual este aforismo en la certeza de que así arrojaríamos luz sobre este proceso terrible. Aragón, como núcleo de construcción de España, no podía faltar a esta cita, a pesar de que en términos generales podemos aliviarnos porque ha habido más sentido común y más diálogo que en las instituciones del Estado. Sin embargo, en las últimas horas viene al recuerdo el dicho popular con la instrucción de las autoridades sanitarias para recoger el material sanitario donado por particulares y empresas para analizar su seguridad y, en el caso de que no cumpla con los estándares de protección rigurosos, retirarlo.

Claro, este documento ha sido desvelado cuando han transcurrido cincuenta días desde el decreto del estado de alarma, media centena que ha comprobado entre la admiración de los ciudadanos la capacidad de movilización de la iniciativa privada para solventar la escasez de los equipamientos de los sanitarios, de los cuerpos de seguridad, de profesionales de distintos ámbitos, en líneas generales con un desinterés que dice mucho de la excelencia cívica de sus promotores. Tiene razón el Ejecutivo aragonés en proclamar la salvaguardia de la integridad de los trabajadores que velan por nuestra salud. Pero quizás, antes de comunicar a palo seco la exigencia, la cortesía, la correspondencia y el reconocimiento debieran haber interpuesto previamente la gratitud a las empresas y los aragoneses que han tirado de entusiasmo, esfuerzo e ingenio para preservar a sus héroes.