Esperanza
María de Nazaret: Te saludo como signo de esperanza para el hombre de hoy.
Te saludo como vida, dulzura y esperanza nuestra. Tú eres Madre de esperanza; al acudir a ti, nos encontramos seguros.
Hoy, María, Madre de Jesús y Madre nuestra, con confianza acudido a ti para pedirte el fin de esta pandemia del coronavirus, que tantas vidas humanas se ha llevado y tanto sufrimiento está causando.
La esperanza que tenemos en María nos lleva a tener esperanza en la humanidad, sanitarios, fuerzas de seguridad del Estado, sacerdotes, personas que están en los monasterios de vida contemplativa que, con su oración, siguen dando esperanza a todas las personas y tantas buenas personas que están trabajando en primera línea para servir a los demás.
María: Tú eres signo de esperanza en el mundo de hoy, te muestras a las personas como consuelo, auxilio y feliz presagio de alegría y bondad. Quiero poner en ti mi asiento firme, a pesar de las dificultades para vivir la vida con esperanza y valentía.