Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Seroprevalencias, inmunidades y ya dos meses

A desconcertar a la población han llegado nuevos agentes, en forma de expresiones como los test de seroprevalencia, la inmunidad de grupo y una serie de paradojas mareantes. Va a resultar que, cuando se cumplían los dos meses del estado de alarma, la esperanza secreta era haber llegado al 60-70 % de contagiados con objeto de abrazar una suerte de estado de vacuna natural. El ciudadano se pregunta qué clase de broma es esta que nos dice que en verdad todas las medidas de prevención hubieran sido mejor si, en vez de quedarnos en un 5 % de personas con anticuerpos, hubiéramos multiplicado por doce o catorce la infección, a la espera de llegada de antídotos e inyecciones para quedar libres del letal virus.

Hay tanta comunicación, tan dispersa, tan caótica, tan anárquica, tan interesada y en ocasiones tan estúpida en esta infodemia de locura que los españoles son pacientes (del santo Job, no de requerimiento de cuidados médicos) cuyos méritos demandan un diploma imaginario. La confusión es más divertida y alimenta los doctrinarismos, las banderías y las hieles en las redes sociales, a la espera de que retorne aquella normalidad anhelada con el interrogante de si las aperturas son, en verdad, trampas para los insensatos y pruebas de fuego para medir la temperatura de nuestra responsabilidad... eso sí, sin que las instituciones y la clase política dé muestras de que merodea la prudencia en los voceros de sus cuarteles.

Sí se vislumbran algunos llamamientos a la serenidad para la búsqueda de soluciones en los ámbitos sanitario y económico. Las mesas para la reconstrucción se dotan de proclamas de buena fe y acuñamos términos nuevos como la "cogobernanza", que bienintencionados hasta son bienvenidos. Dos meses ya y escasamente seroprevalentes. O lo que sea que es.