Opinión
Por
  • MIGUEL SÁNCHEZ TRASOBARES

¿Cuestión de fe?

El país carioca -epicentro de la pandemia en América Latina- ha alcanzado este último fin de semana con 330.000 personas contagiadas, el segundo lugar de los países del planeta más afectados por el corona virus. Tan solo Estados Unidos continúa a la cabeza de los más golpeados por la COVID-19, con más de 1,6 millones de casos, pasando Rusia al tercer lugar con 326.000.

Pues bien, pese a su espectacular avance, su controvertido presidente ha vuelto a pedir a la ciudadanía el levantamiento de las medidas del restricción y confinamiento para poder reactivar la economía brasileña, aunque ya la mayoría de los 27 estados que forman el país brasileño, se hallan ya bajo duras medidas de cuarentena al objeto de frenar su aumento.

Y es que, su máximo mandatario -quien aparece con y sin mascarilla dependiendo de la ocasión- sigue tratándolo como una simple gripe que puede combatirse, o bien, con curas milagrosas, o bien, con algún remedio en puertas, tras proclamar públicamente su desconfianza total en la OMS y estar convencido de que las cuarentenas no sirven absolutamente para nada.

¿Cuestión de fe?