Opinión
Por
  • ANTONIO LASHERAS

En el futuro nos esperan tres caminos a explorar y solucionar

El camino sanitario, el camino psicológico y el camino económico. Son caminos que en más o menos medida, toda la sociedad estaremos obligados a recorrer.

El camino sanitario está compuesto de dos partes, la salud y el miedo. La parte sanitaria con más éxito la han conseguido los que han vencido al virus y los no contagiados, sin olvidar nunca el dolor de la muerte de tantos compatriotas que perdieron la batalla.

El miedo es duda, inseguridad, temor, alarma y cobardía. ¿Quién de nosotros no ha experimentado estas sensaciones Duda a lo desconocido, inseguridad a la toma de decisiones, temor al fracaso, alarma por lo vivido y por lo que queda por vivir y cobardía ante la posible derrota.

El camino psicológico será fundamental para el día después. No todos nos comportamos con el mismo vigor y fuerza ante los problemas ordinarios y extraordinarios que nos depara la vida y nuestro trabajo.

Ante la adversidad disponemos de un antídoto muy eficaz que se llama humildad, pedir ayuda en los momentos difíciles no es de cobardes, más bien de clarividencia ante la realidad. Pero el pedir ayuda es implícito a ayudar en todo aquello que podamos para devolver lo recibido.

El camino económico nunca ha sido ni será estático. Recordemos aquel refrán que dice: "De lo mucho falto y de lo poco sobro".

Lo poco, bien administrado, da para cubrir necesidades básicas. Lo mucho, despilfarrado, nunca será suficiente.

En los últimos tres meses, hemos tenido que digerir y analizar más noticias que en todo un año, y por desgracia muchas malas y pocas buenas.

Se nos ha repetido hasta la saciedad que nadie quedara atrás. Por el contrario hay muchas voces que nos alertan, que serán pocos los que queden delante.

Administrar, quiere decir dirigir, guiar, gobernar. Llevo esperando mucho tiempo aquella frase que dice. "En tiempos difíciles hay que eliminar gastos".

El gasto público de nuestros días es inaceptable y además injusto. En España sobra burocracia y falta productividad, sin producción sobran las empresas y los obreros también.

El dinero es como el agua, el agua administrada gota a gota da para mucho. El dinero bien administrado y basado en el trabajo, crea riqueza y con la seguridad que iguala a todas las capas sociales.