Opinión
Por
  • MIGUEL SÁNCHEZ TRASOBARES

Menor riesgo posible

En estos tiempos que nos toca vivir del coronavirus -indudablemente- el colectivo social más seriamente amenazado, es el conocido popularmente como el de la "tercera edad".

Pues bien, mantener ese vínculo tan fundamental entre abuelos y nietos en este periodo de pandemia y donde las autoridades sanitarias nos han impuesto el obligado confinamiento, resulta -sobre todo, en los mayores- harto complicado.

A los niños, con ínfimo poder de transmisión pero cuyo riesgo ¡ojo! no es el de cero, se hace absolutamente imprescindible responderles cuantas preguntas puedan plantear respecto a la salud de sus abuelos, tanto por cosas que hayan escuchado en la televisión o que ellos mismos piensen, ademas de aclararles que al quedarse en su casa, los abuelos están más protegidos y que -luego de un tiempo- van a poder volver a verlos, abrazarlos y darles besos.

Y es que -en definitiva- las medidas preventivas por parte de los expertos, son siempre bienvenidas, como la de hacerles sabe que cuando los abuelos tengan que quedarse con los nietos, cualquier sitio al aire libre es mucho mejor que en casa, para así someterlos a ambos, al menor riesgo posible.