Opinión
Por
  • ARACELI CAVERO

Incomprensible

Hay días que una se despierta con noticias que la hacen abrir los ojos como platos. Estos días son unos de ellos. Se dice que se está retirando de la circulación la película "Lo que el viento se llevó" por su connotación racista. Me pregunto que si los que han alumbrado esta idea no tenían nada mejor que hacer, como si no hubiera otro modo de trabajar por la eliminación del racismo.

El retirar películas, libros, estatuas, placas, etcétera, no hace que se borre la historia, por poco que nos guste. Los hechos son los que han ocurrido y contra eso no se puede luchar. Ojalá se pudiera volver atrás en el tiempo. Pero no se puede.

No es de este modo que se combate el racismo, sino con una educación por la igualdad para los niños y las niñas y también para algunos padres y madres que bien que la necesitan. No solo en este, sino en muchos otros aspectos.

En Senegal hay una isla llamada Gore. Allí, además de la venta callejera para paliar un poco la pobreza existe "La casa de los esclavos" con sus celdas separadas para hombres y otra para mujeres, para niños y otra para niñas. Separados, aunque fueran familias y hacinados en espacios minúsculos. Había otra de castigo para los esclavos rebeldes donde ni siquiera podían estar de pie. En el primer piso estaban las cadenas con que los ataban. Era el lugar de espera una vez que los habían "cazado" hasta enviarlos a América. Es el recuerdo de algo que nunca debe volver a ocurrir.

Aunque si bien lo pensamos, a día de hoy hay otras esclavitudes tan dolorosas como esas. Pensemos en las mujeres engañadas con falsas promesas de trabajo en otros países y obligadas a prostituirse al llegar al destino. O los que, buscando una vida mejor para ellos y sus familias, son utilizados en trabajos forzosos y en muy precarias e inhumanas condiciones. O los que se embarcan en pateras para encontrar la muerte en el mar. Todavía se podrían poner más ejemplos; cada uno lo ponga según su experiencia.

Por eso no se lucha contra los problemas borrando las imágenes, sino teniéndolas presentes para no repetirlos. Aunque parece que las personas nunca aprendemos a comportarnos como tales.