Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Repensar la suspensión de la Academia Europea

Repensar las decisiones representa una oportunidad para el desarrollo del raciocinio, para la apertura a nuevos puntos de vista que enriquezcan los propios y, en última instancia, para rectificar o ratificar con determinación, firmeza y un mayor grado de argumentación. En la disputa por el mantenimiento o la eliminación de un gran evento, otorgar absolutamente el acierto a cualquiera de las dos posturas conduce a un maximalismo que probablemente no sea el más oportuno para reconducir la situación y retornar con mayor fortaleza.

La Academia Europea de Jaca ha anunciado su final con la explicación de que el Ayuntamiento había dejado de mostrar interés, actitud que se constata en la anulación de la consignación presupuestaria para su celebración. El alcalde, por su parte, estima que el sentido de este gran acontecimiento que debate en torno a la identidad y la realidad comunitarias ha perdido su pulso e incluso su sentido primigenio.

Es posible que la apelación a que vuelvan a sentarse no alcance la receptividad que nos gustaría, pero sí hemos de proclamar que Jaca pierde un referente importantísimo potencial y realmente en la configuración y la formación en el pensamiento europeo. Por la Academia, han transitado grandes expertos, desde políticos a todos los profesionales que, con un sentido de actualidad, han desgranado la evolución desde sus orígenes, cuando España accedía al anhelado club del mercado común y posteriormente de la unión más allá del ámbito económico. Si hay una coyuntura en la que hemos de afirmar que es necesaria más Europa, es ésta, porque el mapa geoestratégico mundial dicta que sólo con este continente fuerte y defensor de las esencias de la democracia y del conocimiento, sus países tienen un futuro sólido.

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