Opinión
Por
  • GERARDO HERNÁNDEZ ZORROZA

Locura social, quietud y luz propia

Reza el proverbio popular: "cuando todo se vuelve oscuro, aparecen las estrellas". Cuando no queda nada a qué aferrarse y se desvanece la luz artificial del "ego" (lo que creemos que "somos", y no somos), surge la luz de la cons-ciencia. Una luz distinta, limpia y espontánea, que procede del auténtico sí mismo, sin esos condicionamientos que ocultan lo verdadero, nuestra esencia.

Todo resulta perfecto cuando miramos desde ahí. Desde una mirada que no pretende mentir ni sacar ventaja, ni acumular sin medida para dominar; que desde un punto de vista social, además, no se aprovecha de los símbolos patrióticos ni de nuestra división. Sólo desde esa mirada, limpia, será posible la cohesión social, desde la verdad -esencial- que nos une. Precisamos además ser muy conscientes de que la aceleración de nuestras sociedades y el consumismo no son la solución sino la enfermedad y causa mayor de nuestros problemas.

Francisco de Asís solía decir: "necesito poco, y lo que necesito lo necesito además poco", y tenía algo fundamental que la inmensa mayoría ha perdido: la quietud desde dónde actuar para corregir las cosas.