Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Contener la caja de Pandora

Impone un indisimulado vértigo pensar en recuperar la rutina en nuestras vidas y el dinamismo en nuestras actividades empresariales y laborales cuando la pandemia galopa hacia los diez millones de afectados y muchos cientos de miles de muertos en todos los continentes. Nos sobresaltan los rebrotes y nos asaltan las dudas, pero predicciones como las del Fondo Monetario Internacional nos recuerdan que, en paralelo a la atención sanitaria, hay que ofrecer respuestas dinámicas a las terribles amenazas de la caja de Pandora de este final de la segunda década del milenio. Porque, sí, "es la economía, estúpido", que proclamara la campaña ideada por James Carville para Bill Clinton, la que definirá incluso la supervivencia de millones de habitantes del planeta y también de millones de españoles. La crudeza del FMI no es sino la ratificación de lo que todos nos barruntábamos, por más que las autoridades gubernamentales de acá y acullá incidan en la teoría de que el pesimismo no vende, máxima tan cierta como que el optimismo no sobrevuela la atmósfera, sino que hay que edificarlo con sudor lágrimas y hasta sangre.

Contener el "pithos" de Pandora demanda el valor de poner en primer lugar la voluntad, expresada en avanzadilla en esos quinientos millones de euros que anunció el presidente Lambán como primigenia condición del plan de reconstrucción económica y social, y a continuación propiciar un compromiso global para optimizar y multiplicar casi milagrosamente esos recursos para que los rendimientos se impulsen en un bucle virtuoso sin final. Por supuesto, con conocimiento, con contenidos y con estrategia, identificando las oportunidades en sectores como el digital, el industrial, el agroalimentario, el logístico, el turístico, el comercial o el energético, con foco, objetivos y metas, porque la razón de ser es Aragón y España.