Opinión
Por
  • ANTONIO LASHERAS

El miedo al matrimonio y a los hijos

Hay un refrán muy antiguo que dice. Cuando las barbas de tu vecino ves pelar, ponte las tuyas a remojar.

Cuantos solteros en la España Vacía. Cuantos matrimonios o parejas sin hijos. Cuantos matrimonios con un solo hijo.

Hace unas semanas nos encontramos con una chica conocida y le pregunté, ¿pero con lo guapa que eres llevas un perro de compañía En la respuesta no se cortó ni un pelo. "Prefiero tener un perro que un hijo". Tan grande fue el dolor que sentí, que no me despedí de ella.

Podremos soñar despiertos y pensar que esto es como una gripe pasajera. Pero una gripe pasajera no deja secuelas irreversibles que modifiquen la forma de vida de una sociedad.

Las empresas piden a gritos jóvenes preparados con ilusión y ganas de trabajar. Chóferes, mecánicos, cocineros, albañiles de primera, trabajadores de campo preparados para una mecanización electrónica, panaderos, pastores, etc.

Los pobres ancianos, que cuando la empleada de hogar coge sus vacaciones y los hijos los plantan en una residencia para pasar un mes de transición.

Cada día descubrimos, a padres angustiados por el comportamiento de los hijos desde una temprana edad no siendo capaces de poner orden en el desorden de una vida alocada.

Estamos cercanos a un verano que dará sus frutos en turismo y hostelería en general, pero que dejará secuelas más leves o más graves en jóvenes de temprana edad, sin darnos cuenta que pasito a pasito estamos edificando un mundo sin respeto y sin amor a la institución familiar. ¡Qué grave error el no darnos cuenta de nuestra complicidad! Nos comunican que estamos ante una sociedad multisocial o multicultural, pero sin darnos cuenta que la familia no puede ni debe entrar a pactar con los hijos la convivencia diaria. La familia se ha de regir por unas normas que fortalezcan a padres e hijos, respetando a los abuelos y a los ancianos en general. La familia es el primer pilar de la sociedad. Que nadie nos engañe, la sociedad actual es el fruto de millones de familias con un estilo de vida que no es hoy, pero será mañana, cuando nos demos cuenta que los caminos transitados no nos llevan a ninguna parte.

Recuerdo un pensamiento que dice: "El que pudiendo ser feliz no lo es, es un verdadero imbécil".