Opinión
Por
  • ANTONIO NADAL PERÍA

No tocar a los ricos

El impuesto a las grandes fortunas ha quedado fuera del pacto entre Unidas Podemos y el PSOE. Ese impuesto lo defendía Pablo Iglesias, pero se ha tenido que envainar la espada ante la resistencia de Pedro Sánchez. Nunca ha sido el partido socialista amigo de molestar a los ricos. Fue Felipe González el inventor de las Sicav en el año 1983 con la excusa de mantener las grandes fortunas en el país y evitar la fuga de capitales. Las cosas no han cambiado apenas. Como se ha demostrado desde entonces, no se evitaron ni la fuga de capitales ni la corrupción.

Colocar el dinero negro fuera del país ha sido una constante tentación de las grandes fortunas españolas, muchas de ellas en posesión de personajes que presumen de patriotas. La intención de Pablo Iglesias consistía en gravar con un mínimo del 2% a los patrimonios que superaran un millón de euros, con el objetivo de recaudar alrededor de 11.000 millones de euros, pero ha pinchado en hueso. Seguimos con el miedo a la fuga de capitales, por lo que debería figurar en un rótulo a la entrada del Ministerio de Hacienda el lema "no molestar a los ricos", porque si se cabrean se irán de España con todos sus millonarios pertrechos. Felipe González es en la actualidad una de esas grandes fortunas. hace menos de un par de años ya se detalló en un diario digital el cuantioso patrimonio del expresidente socialista y en otro se escribió que facturaba 5 millones en lobby y alquileres desde el 2010 y cobraba más de 2 millones de euros al año en intermediaciones. ¿Cómo no iba a proteger a los grandes patrimonios españoles si él era uno de ellos Intermediar, lo que hace Zapatero en Venezuela con poco éxito y mucha críticas, es un buen negocio.

Parece que existen en nuestro país unas 3.000 Sicav (Sociedad de Inversión de Capital Variable, una especie de fondo de inversión en donde los ahorradores que invierten en ella se convierten en sus accionistas, exclusiva para grandes patrimonios) que como sociedad colectiva tributa al 1% en el Impuesto de Sociedades. Estos grandes patrimonios se encuentran muy a gusto en estas sociedades, así que no conviene meterles miedo.

Colocarse frente a esta masa sólida de grandes patrimonios es trabajo inútil y menos si se hace confiando en que el partido socialista va a apoyar la idea, menos aún si se pretende contar con la comprensión de la amplia oposición de derechas, poco amigos de subir impuestos a las clases altas.