Opinión
Por
  • CARMEN MARCUELLO SERVÓS

Día internacional de las cooperativas

En el siglo XIX se crean las primeras cooperativas a nivel internacional y en España. Desde comienzos del siglo XIX se han generado los mimbres para el origen del movimiento cooperativo que ha llegado hasta nuestro siglo. El propio Joaquín Costa en su obra "Colectivismo Agrario" de 1898 hace referencia a las "Sociedades cooperativas de producción modernas" y menciona que en 1896 se acaba de celebrar en París el segundo Congreso de la "Alianza Cooperativa Internacional". Asimismo, pone de ejemplo algunas cooperativas de diferentes lugares de España y, entre ellas, destaca la cooperativa constituida por el vecindario de Loarre "para cultivar concejilmente, como cultiva desde hace cinco años, algunos campos del común" y también añade la experiencia de las "hermandades y asociaciones vecinales de seguro muto sobre la vida del ganado de labor… frecuentísimas en Galicia, en el Alto Aragón, en Vizcaya y en otras provincias". Como pueden imaginar, además de Joaquín Costa hay muchos otros intelectuales que reconocieron la gran labor que las cooperativas realizaban desde la segunda mitad del siglo XIX en Aragón y a nivel internacional. Tendría que citar muchos otros nombres, pero eso queda para otro día.

El primer sábado de julio de cada año se celebra el Día Internacional de las Cooperativas promovido desde la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) junto con Naciones Unidas. El objetivo de esta celebración es visibilizar y poner en valor las contribuciones del movimiento cooperativo a nivel internacional. Este año se celebra el 4 de julio y el tema elegido es "Las cooperativas y la acción por el clima". El presidente de la ACI, Ariel Guarco, justifica este lema diciendo: "Nuestra casa común está en peligro. Hay modos de producción y consumo que agreden constantemente a la Naturaleza. No es mucho el tiempo que tenemos para revertir esta situación. Debemos actuar ahora, con nuestros valores y principios como bandera, para demostrar a escala global que es posible desarrollar una economía con inclusión social y protección de los recursos naturales".

Han pasado más de 160 años desde la creación de las primeras cooperativas y las palabras del Ariel Guarco. También han pasado más de 100 años para algunas cooperativas aragonesas, como la de Estadilla, Zuera, Sádaba, entre otras. Sin embargo, encontramos que siguen compartiendo un mensaje común recogido por la ACI: "las cooperativas son empresas centradas en las personas, que pertenecen a sus miembros, quienes las controlan y dirigen para dar respuesta a las necesidades y ambiciones de carácter económico, social y cultural comunes. Se basan en la equidad, la igualdad y la justicia social. Gracias a estos valores, las cooperativas de todo el mundo permiten a la gente trabajar junta para crear empresas sostenibles que generan prosperidad y puestos de trabajo a largo plazo".

Es evidente que el movimiento cooperativo tiene sus luces y sombras, al igual que otros movimientos. Es cierto que ha habido fracasos y errores, pero si hacemos balance son muchos más los aciertos. Ahora bien, si analizamos el presente desde las claves del pasado es casi un milagro que existan cooperativas. El modelo individualista actual instalado en el mundo educativo, económico y político ha introducido factores y actores que sistemáticamente ponen palos en las ruedas. Sin embargo, parecen más necesarias que nunca. José Piernas Hurtado, que fue catedrático de Economía Política y Estadística en la Universidad de Zaragoza, ya decía en 1890 que: "la cooperación es de origen espontáneo, nacida de la naturaleza misma, sin fecha de nacimiento, ni inventor determinado". Y añadía: "La Cooperación invoca solidaridad, afirma y armoniza el interés individual y colectivo, condena los egoísmos y edifica una nueva economía sobre la base de la justicia".