Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Visión directa y periscópica

Si la política se ha definido como el arte de lo posible, con los recovecos de semejante descripción, la gestión demanda visión directa y periscópica, próxima y periférica. Y sus responsables debieran estar dotados, sin necesidad de más examen que el de la decisión de los electores convenientemente informados a través de la transparencia que sí es un requisito imprescindible, de las capacidades suficientes como para mirar más allá de su entorno más cercano para detectar todas las necesidades que exigen la toma de determinaciones adecuadas a la dimensión de los problemas.

Sin ir más lejos, la reunión de los presidentes de Aragón y ambas castillas ayer anunció la reclamación a Europa y España de un régimen especial de ayudas de compensación a las actividades económicas en las provincias de Teruel, Soria y Cuenca en atención a la escasa dimensión demográfica de estos territorios. Y, sin necesidad de restar mérito a tal consenso, quizás desde las capitales de las tres comunidades debieran convertirse en los ojos y los informantes de Bruselas y de Madrid para que conozcan la diversidad y las dificultades de otras provincias como Huesca cuya problemática demográfica es digna de consideración y, sobre todo, que demandan en muchas de sus comarcas políticas de impulso económico con carácter estratégico. Las empresas altoaragonesas padecen, con soportes inferiores a los de otras circunscripciones, como mínimo los mismos rigores e idéntica complejidad para su progreso, en un desempeño absolutamente admirable.

Concebir monolíticamente la unidad provincial resta oportunidades y olvida lesiones muy graves a la economía y la sociedad como la actual situación del AVE entre Madrid y Huesca o la existencia de comarcas en indicadores de desierto. Hay que afinar.

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