Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Medidas proporcionadas y rotundas

El gobierno de Aragón expresó ayer su estimación de que los rebrotes de las tres comarcas altoaragonesas y la de Caspe están controlados. Esta pandemia, como toda situación excepcional, es un libro que vamos escribiendo cada día, un papiro en el que se van anotando las buenas nuevas y los reveses, para disponer de una lectura que nos enseña en el futuro más inmediato e incluso en el remoto. De los escribas depende el aprendizaje en la grafía y también entre las líneas, que imperativamente marcan la prudencia y la responsabilidad de las administraciones y de los ciudadanos. La explosividad informativa nos incomodó hace apenas un par de semanas, pero con la misma celeridad se atendieron las demandas sanitarias y se procuraron los mecanismos de corrección. Y ahora, en la rampa de salida hacia el retorno a la normalidad, impera la discreción. Es el signo y el sino de los tiempos, en el que la memoria es tan corta que la actualidad se diluye sin que quienes tanto daño profirieron a nuestros sectores como el turismo con la hipérbole ahora silban para que pase inadvertida su exageración de entonces.

Lo trascendental, sin embargo, es que la aplicación de antídotos sanitarios y sociales ha funcionado y nos ha dibujado el camino para responder ante nuevas amenazas, mientras en toda España se suceden cual episodios nacionales las crisis puntuales ocasionadas por la irreverencia secular del ser humano hacia la sensatez y el sentido común. En Aragón, mientras, ya se trata sobre la necesidad de estudiar los medios que hay que implementar en las residencias y las acciones para que los migrantes no estén desasistidos ante focos del virus. Rotundidad y proporción, dimensión y conciencia. La provincia de Huesca trota hacia la cotidianidad en la que protegernos es crucial.

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