Opinión
Por
  • MAR RAMOS NAVARRO

Parece mentira

Parece mentira que la compañía circense de más renombre de todos los tiempos pueda estar atravesando en la actualidad sus peores momentos.

Habiendo sido considerada como una de las más sólidas grandes empresas en el sector del sector del entretenimiento desde su creación en el año 1984 en el país canadiense, ha ido aumentando paulatinamente el importe de sus deudas -sobre todo, a lo largo de los últimos años- hasta situarse ahora en serio peligro de desaparición.

Da la ligera impresión de que de bien poco -o, incluso, más bien de nada- le ha servido contar con una pléyade de especialistas en todo tipo de riesgo, como malabaristas, magos, ilusionistas o escapistas, que organizan sus espectaculares giras por los cinco continentes causando las delicias del público.

Y es que el sostenimiento de una emblemática empresa como es la del circo, a lo largo del tiempo y con un enorme plantel artístico en un mundo tan competitivo y globalizado como el que nuestro, requiere de innumerables sacrificios de todo tipo.

Parece mentira...