Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Reconstruir desde la proximidad

La reconstruccción se ha convertido en uno de los términos más utilizados en las últimas semanas, y su pronunciación desprende tanto esperanza frente a la preocupación como generalización contra la concreción. En el caso de Aragón, donde la fluidez en la asunción de acuerdos es superior a la nacional, se van dando pasos para conseguir una composición que no por bien fundamentada es sencilla. Una de las mejores fórmulas para lograr efectos directos sobre la ciudadanía, sobre los individuos, sobre los colectivos vulnerables, sobre la empresa y sobre la imprescindible reactivación es la de confiar en las administraciones más arraigadas y más próximas:; las locales. Recuperar la fibra comunitaria con el respaldo de quienes conocen a los administrados directamente, con sus nombres y sus rostros. En ese sentido va el compromiso entre Gobierno de Aragón y las tres diputaciones provinciales, un protocolo que es todo un compromiso que trasciende la ya establecida declaración de intenciones. Confiar en las corporaciones provinciales es una vía para la comunicación directa con el territorio y, esencialmente, con el medio rural. Hacerlo no sólo con la consignación económica que van a aportar los firmantes, sino también con una cultura de la gestión que han demostrado a lo largo de muchas décadas hasta ser el soporte de los servicios y de muchas infraestructuras en pueblos y pequeñas ciudades.

Esta cooperación ha de ser tan virtuosa que no sólo ha de multiplicar la suma de recursos, sino que está en condiciones de favorecer la reversión de una tendencia de sangría demográfica de más de medio siglo. En la terrible crisis, sondear y materializar las oportunidades nos retratará a las actuales generaciones por preservar y potenciar un ámbito rural atractivo para un modo de vida más humano.