Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Estos eran los pasos atrás

Asegura el filósofo Antonio Escohotado que uno de los problemas de la sociedad actual es que no hay hilo, que no se percibe continuidad lógica en las tesis. El mundo es hoy disruptivo y es VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo, por sus siglas en inglés), con manifestaciones más extremas y desestabilizadoras cuando emanan fuentes de desorden natural. Las certezas se desvanecen cuando la ciencia no es suficiente asistencia para aportar el confort de la seguridad y la fe en cualquier otra instancia enflaquece para perfilar una evanescencia doble e inquietante. En la pandemia en la que estamos inmersos por más que a nuestro auxilio de esperanza acudan conceptos como la carga viral, el efecto del calor o las noticias sobre antídotos o vacunas, la realidad se enroca en su tozudez para rescatar de nuestra memoria -y de las hemerotecas- aquella lapidaria expresión del presidente del gobierno cuando sentenció en el momento de anunciar la reconquista de una normalidad pesarosa que habría pasos atrás, por lo que había que ser muy precavidos para minimizar los efectos.

Los pasos atrás ya están aquí. Confinada Lérida, con comarcas aragonesas en fase 2, Aragón ha decidido dar una vuelta de tuerca ante la constatación de que el verano está propiciando una relajación que obvia que el virus no está vencido, ni siquiera se ha ido de vacaciones. La imposición de las mascarillas al aire libre tienen dos causas, entre el incremento de infectados tras haber sido minimizados y las nuevas noticias en torno a la transmisión aérea que la Organización Mundial de la Salud ha procesado con su ya atávico desconcierto contagioso. Hemos de asumir esta obligación como una oportunidad para demostrar nuestro carácter resiliente y nuestra sabiduría vital. Amigas y amigos, tiren de sensatez.