Opinión
Por
  • MIGUEL SÁNCHEZ TRASOBARES

Honestidad

Ser honesto implica además de actuar con plena franqueza y sinceridad, obrar con rectitud durante la vida, y no tomar lo que no nos pertenece ni aceptar compromisos que no podamos cumplirlos posteriormente Porque se trata, en efecto, de una decisión personal que se incorpora automáticamente a la forma de cada uno de nosotros como si fuera una parte de nuestra propia piel, generando expectativas en él prójimo. No siendo esta cualidad del ser humano un hecho común hoy día sino más bien una excepción a la norma, lamentablemente, sería muy recomendable que la sociedad en su conjunto asumiera de una vez por todas el gran valor que supone ni el no tener segundas intenciones en el trato con el resto de nuestros congéneres, ni el poder sacar ventaja de las posibles debilidades o situaciones de inferioridad de otros individuos.

Y es que, aparte de que la honestidad es el primer capítulo del libro de la sabiduría, tal como dijo Thomas Jeffersson, tercer presidente de EEUU y uno de los padres fundadores de la nación, se nutre tanto de las enseñanzas recibidas en el hogar por nuestros mayores en nuestra infancia como del ejemplo cotidiano que nos va ofreciendo paulatinamente la vida.