Opinión
Por
  • Venancio Rodríguez Sanz

Los palmeros del Congreso de los Diputados

Los miembros del Gobierno recibieron con aplausos ayer al presidente Pedro Sánchez cuando llegó a la reunión del Consejo de Ministros tras el acuerdo europeo alcanzado en Bruselas. Se llama palmeros a las personas que se dedican a esta disciplina. Requiere muchas horas de estudio, práctica y conocimiento para acompañar bien la diatriba política. Aunque parezca sencillo, el palmeo es el acompañamiento político, de ahí que su ejecución sea más compleja de lo que pueda parecer a simple vista. Es un instrumento de percusión fundamental, pero además de alentar la prédica del colega, las palmas sirven también para jalear al condiscípulo por la supuesta brillantez de su intervención. El palmeo se realiza de dos modos: con los dedos de una mano golpeando en la palma de la otra o haciendo sonar las dos palmas. Pueden tocarse a tiempo o contratiempo, pero si hay algo que no se puede hacer, es tocar las palmas a destiempo porque puede desbarajustar la homilía de tu compadre. En una representación en el Congreso de los Diputados, las palmas siempre están presentes de uno u otro modo, es decir, bien sea con la presencia de palmeros o bien de la mano de los aficionados de tu bancada. Si te fijas bien, en una disertación en la cámara, oirás diferentes tipos de palmas: las simples y las redoblás o encontrás, dependiendo del tipo de sermón al que acompañen.