Opinión
Por
  • CARMEN TOMÁS

Una tragedia de tamaño histórico

La pandemia del coronavirus se ha traducido en materia de empleo en el peor dato de la historia. Durante el segundo trimestre del año, según el INE, 1,1 millones de trabajadores se fueron al paro. La economía estaba prácticamente cerrada, la población mayoritariamente confinada en sus casas y el resultado ha sido demoledor.

Y esto sin contar los 4,7 millones de trabajadores que durante esos meses se acogieron a un ERTE. Lo terrible es que el drama aún no ha terminado ni mucho menos. Había cierta esperanza en que, durante este tercer trimestre con la apertura de la economía, las cosas pudieran mejorar. Sin embargo, la ola de brotes de coronavirus y las decisiones de algunos gobiernos extranjeros de aconsejar a sus ciudadanos no viajar a España o directamente imponer cuarentenas a los que lo hagan, ha roto muchas esperanzas sobre todo en el sector turístico y de servicios.

Las pérdidas se cuentan ya por miles de millones de euros y la pérdida de empleos por centenares de miles a la vuelta del verano. De hecho, cuatro de cada diez empresas ya prevén despedir trabajadores.

Una vez más, el Gobierno, escudándose ahora en las Comunidades Autónomas, está de brazos caídos. Sigue sin presentar un plan serio para el sector turístico, a pesar de su peso en el PIB y en el empleo. Llegó tarde a la pandemia. Llegó tarde y mal a la crisis económica que se avecinaba y llega tarde a la ola de brotes que recorre España. No tiene plan para aeropuertos, estaciones y llegada de inmigrantes y no ha sido capaz de convencer a otros gobiernos de las zonas de España que mejor lo están haciendo y tampoco ha querido, como sí han hecho otros destinos turísticos, apoyar con campañas y bajadas temporales de IVA, por ejemplo.

El resultado de tanta incapacidad ya lo hemos visto en el segundo trimestre. Desgraciadamente, el segundo semestre no va a ser mejor y millones de españoles engordarán las cifras del paro y decenas de miles de empresas echarán el cierre.