Opinión
Por
  • TOMÁS MOYANO BONEL

Pequeño paraíso oscense (y 2)

Queridos lectores y amigo Radames, avanzan a buen ritmo las obras necesarias para volver a ocupar la propiedad rural del Pre-Pirineo oscense del abajo firmante. La antigua era adosada a la casa se ha transformado con esfuerzo en un gran patio, cuajado de macetas con geranios, romero, tomillo, menta y otras plantas aromáticas. Se va a instalar un toldo que cubra todo el patio y así disfrutar de la sombra que va a proporcionar. Detrás del garaje, se está instalando una más que generosa barbacoa para futuras lifaras de chuletas de cordero pirenaico, longaniza de Graus, chorizos de las matacías y otras especialidades culinarias oscenses. Con la pareja Antonio y Eva, quienes se encargan de ejecutar las obras de acondicionamiento, repasamos la ubicación de la futura piscina que esta vez será de obra. Es difícil describir con palabras el enorme placer de bañarse mirando a los montes, arropado por el calor intenso que da la montaña y con quebrantahuesos, halcones peregrinos y otras aves propios del lugar que vuelan por encima de nuestras cabezas. Interrumpe estos pensamientos el sonido de las esquilas de las ovejas que parten a veranear a la montaña. Las esquilas forman parte del ambiente rural del pueblo durante unos meses del año, pero ahora anuncian el periplo de varios días hacia los puertos altos del Pirineo. Allí las ovejas pasarán el verano bien fresquitas. El dueño del gran rebaño y los pastores parten bien acompañados por los perros pastores, aunque este año no estará con ellos la perra Paloma. Falleció dando a luz y era el animal más cariñoso posible. Siempre he pensado que sólo le faltaba hablar. También Antonio y Eva han terminado de subir de Huesca bastantes de las estanterías que componían la biblioteca. Y así, poco a poco, se va poniendo en pie esta propiedad rural. Con el tiempo, se recuperará el huerto de tres áreas con sus ubérrimas cosechas de patatas, judías, pimientos, tomates, etcétera. La higuera también parece que dará este año una buena cosecha de higos. Además, parece que a escasos tres kilómetros donde se ubica el ayuntamiento, se ha abierto un restaurante que es a todas luces muy aceptable. Jaca para las grandes compras. En definitiva, que me resulta harto placentero recuperar este pequeño paraíso.