Opinión
Por
  • VENANCIO RODRÍGUEZ SANZ

Siempre habla quien tiene más que callar

Aunque comprendo la decisión del rey de abandonar España en estos tristes momentos, aunque en muchas ocasiones lo he criticado duramente por sus excesos, en estos momentos lamento su marcha. Cuando lo veo en la televisión tan mayor, tan debilitado, tan necesitado de afecto, no puedo sentir otra cosa que compasión. Siento que asistimos a la caída de alguien que lo tuvo todo y que ahora, al caer en desgracia, tiene que irse por la puerta de atrás con la cabeza gacha. Y las víboras, buitres, hienas y otras sabandijas, aprovechando su debilidad, se apresuran a hacerle picadillo. Si no fuera porque siento náuseas al escuchar las palabras de Quim Torra y a representantes de otros partidos, incluso me reiría al oír sus majaderías. Si yo fuera el presidente de la Generalidad y tuviera un poco de vergüenza; teniendo en cuenta que Torra, Puigdemont,y su partido, colaboraron activamente en la ruina de miles de catalanes que confiaban en ellos, por pudor procuraría no abrir demasiado la boca para no provocar la hilaridad de los españoles. Ya que, por sus hechos, perdieron la autoridad moral.