Opinión
Por
  • ÁNGEL SÁNCHEZ LÓPEZ

Siniestro

El actual descarrilamiento del tren mundial causado por la pandemia del corona virus, iniciado allá a principios del presente año, ha causado hasta ahora un sinfín de trágicas consecuencias por todos los rincones de nuestro planeta.

Así, tanto el pillarle de improviso a nuestra sociedad denominada del bienestar y que se consideraba invulnerable hasta aquel entonces, como él no darle -al menos, en apariencia- la importancia requerida a circular sobre rieles en tan mal estado, han desembocado en que los ímprobos trabajos encaminados a obtener la oportuna vacuna, vayan a tener que esperarse más de lo previsto.

Eso es lo que tiene y no otra cosa, una sociedad pacata que escatima sus presupuestos en sectores tan esenciales como medio ambiente, salud, educación e investigación, que es conducida ¡ojo! por gobiernos con visión a corto plazo, además de ser constituidos por expertos solamente en miserias cotidianas Y es que, cualquier siniestro -por apocalíptico que sea- puede suponer un punto de inflexión así como una nueva oportunidad y esperanza para la realización de cambios hacia un mundo mejor.