Opinión
Por
  • MODESTO ARJONA ORTIZ

Freud sabrá...

Anoche desperté de madrugada y fue imposible volver a conciliar el sueño. Raro, porque la cena había sido ligera y lo soñado muy divertido. Soñé que Felipe VI, entendiendo que el poder no se ejercita por genética sino que se administra por delegación, puso toda su capacidad de influencia para favorecer entre los partidos políticos una reforma constitucional que permitiese elegir al Jefe del Estado por votación popular. Él, consciente de sus posibilidades, se presentaba a las elecciones. Competía con Manuela Carmena, Miquel Roca y Luis Felipe González. Un grupo de intelectuales promovieron la candidatura de don Emilio Lledó, pero su avanzada edad no lo aconsejaba. No hubo encuestas. Celebradas las elecciones, justo en el momento en que se iban a conocer los resultados? desperté. Supongo que la incertidumbre y la tensión del momento provocaron la vuelta a la realidad. Espero retomar el sueño una noche de estas y poder averiguar quién las ganó.

Analizando lo ocurrido, es curioso observar cómo se cuela el nombre de nuestro alcalde, supongo que por el esperpéntico episodio vivido el día de su nombramiento con el paripé de Ciudadanos. También llama la atención la referencia al filósofo don Emilio Lledó, claro indicador de que la máxima autoridad política del país debe ser una personalidad de reconocido prestigio intelectual y moral. Por último, es paradójico el hecho de no poder volver a conciliar el sueño, desvelo que sería comprensible en caso de haber soñado que Vox sacaba adelante su moción de censura o que el Ayuntamiento mutilaba el conjunto monumental del Seminario. En fin... Freud sabrá. Respetuosamente.