Opinión
Por
  • CONCHITA DEL MORAL HERRÁNZ

Todos a una

Me estoy refiriendo en los tiempos que corremos en nuestra sociedad, pasamos extraños unos con otros, aun entre vecinos, incluso trabajando en la misma oficina, cada uno a su bola y no nos damos cuenta que así se descuida y se mina el bien común que tanto influye en la sociedad, no es que todos los ciudadanos lo descuiden, pues ahora mismo estamos viendo, durante la pandemia, cuántas personas se han jugado la vida por atender en los hospitales, acompañarlos, etcétera, si cada uno ponemos nuestro granito de arena, como dice el dicho "todos a una" pero en lo positivo y recto, nuestra nación prosperaría y no abundaría como por desgracia sucede la tiranía.

El bien común no se opone al bien particular; y las leyes justas, verídicas, que protejan a los demás hemos de respetarlas.

Tenemos capacidad de abrirnos al bien común y colaborar con los demás en los actos honrados y justos y dejar a un lado nuestro egoísmo, pero se necesita lucha y empeño y pensar en los demás.

Por poner un ejemplo, en la 1ª guerra mundial, Edith Stein, aparcó sus estudios universitarios para ponerse al servicio de la Cruz Roja y cito sus palabras textuales: "Ahora mi vida no me pertenece a mí misma, todas mis energías están al servicio del gran acontecimiento. Cuando termine la guerra, si es que vivo todavía, podré pensar de nuevo en mis asuntos personales".

Bonito ejemplo y digno de imitar.

La responsabilidad frente al bien común no para todos son iguales, un ciudadano de a pie no está bien que falte en el tema que tratamos, pero que uno de los que tienen que dar órdenes y dictar leyes, piense y actúe egoístamente es de mayor trascendencia.

Acabo con una frase de Cicerón: "Lo peor de las personas importantes no es que sean viciosas, sino que tengan tantos imitadores (?)" y ya vemos los resultados en la actualidad.