Opinión
Por
  • PASCUAL ASCASO

Feo panorama

La salida del rey Juan Carlos I fuera de España, parece mas bien una huida de la quema que supuestamente él mismo incendió. Lo debió hacer con sigilo y por la puerta de atrás, porque cuando conocimos el contenido de su carta-manifiesto el día 3 a través de los medios de comunicación, se dijo que él ya no estaba en España.

Lo lógico hubiese sido, a mi juicio, que hubiese convocado una rueda de prensa para explicar, con pelos y señales, todos los pormenores que le llevaron a tomar tal decisión y pedir disculpas y perdón. Hubiese evitado que ahora los demás se pongan a especular cómo pueden desarrollarse los acontecimientos de aquí en adelante y que me supongo serán muchos y peliagudos. ¿Hubiese sucedido con otro ciudadano en situación e historial parecido lo mismo o le hubieran dicho que de España no se puede salir en tanto no se aclare su situación En cuanto al contenido del manifiesto firmado por Juan Carlos I, me supongo que sería sobre la base de lo establecido por el rey Felipe VI, pero hecho de esta forma creerían dulcificar de alguna manera lo que no es posible dulcificar.

Dignidad y ejemplaridad es lo que debe tener un rey a lo largo de su reinado y supuestamente a Juan Carlos I le ha faltado. Frases de él son: "La justicia es igual para todos", "pido disculpas y perdón por lo ocurrido, no volverá a suceder". ¿Verdad que del dicho al hecho hay un buen trecho Nadie puede negar el importantísimo y meritorio papel que Juan Carlos tuvo en la instauración de la democracia y la actuación valiente e intachable que demostró en el 23F para que la democracia no se liquidase. Pero también es cierto que nadie, y menos el rey, pueda ensuciar la tarea sagrada que tenía encomendada como supuestamente parece que ha hecho. Estoy seguro de que la historia lo recordará por sus grandes virtudes pero también por sus grandes y graves supuestos errores.

Lo que estamos viviendo con Juan Carlos I está produciendo en los españoles un gran pesar, desazón y vergüenza. El eco en el mundo va a ser grande y largo. No es para menos. ¡Qué feo todo! Un rey solitario por el mundo, una reina solitaria en España, un hijo cargado de los despropósitos de su padre, un yerno en la cárcel y a la espera un panorama incierto y muy delicado por aclarar. ¿Quién da más Yo creo que la falta de transparencia en este asunto, ya de por sí muy delicado, empeora aún más, si cabe, la estabilidad de la monarquía. Seguro que no faltarán quienes se estarán frotando las manos.