Opinión
Por
  • JESÚS DOMINGO MARTÍNEZ

Demasiadas aristas, señor Sánchez

Un gobernante puede hipotecar su gestión y hasta su prestigio personal y su trayectoria política, por muy diversas causas que van desde las ideológicas hasta los intereses personales siempre que sean confesables; pero hipotecar todo eso, por querer mantener una coalición de gobierno, a los resultados de actuaciones más o menos censurables de algunos de los integrantes de esa coalición, es una jugada demasiado arriesgada y además pone en peligro la gobernación.

Sánchez puede sentirse ligado ideológicamente a una parte de su gobierno e incluso estar agradecido a quienes le permiten vivir en La Moncloa, pero debe saber que las hipotecas que traspasan las fronteras de lo políticamente normal son peligrosas.

No es fácil mantener la excusa de que hay asuntos que son personales cuando un miembro del gobierno está en apuros poco justificables. Lo de intentar aislar los avatares íntimos cuando se ejerce la gestión pública tiene demasiadas aristas. Esa doble existencia en la que tantos se escudan, incluso diferenciando su calidad de miembro de un gobierno con su situación como dirigente de un determinado partido, no deja de ser una falacia que se convierte en un falso escudo cuando de camuflar conductas supuestamente reprobables se trata.