Opinión
Por
  • LOS TCAES DE UNA RESIDENCIA

Profesionales que cuidamos a los mayores

Como TCAES (Técnicos en Cuidados Auxiliares de Enfermería) que estamos trabajando en una residencia de mayores y queremos apostar por nuestro digno trabajo y que todo el mundo sea consciente de lo importante y necesario que es nuestro trabajo, sometemos a la opinión pública estas reflexiones.

Desde que comenzó esta pandemia, todo el mundo habla de los sanitarios, esos héroes que trabajan en los hospitales, y nosotros nos preguntamos: ¿Y los que trabajamos en las residencias Aquí es el sitio donde viven los mayores, las personas más vulnerables a este virus, a este covid-19. Siempre hemos sido como de segunda o tercera división, nosotros somos los "lavaculos" para muchos. Sin embargo, ningún TCAE se cree lavaculos, somos y hacemos muchas cosas y, además, entre otras, aseamos a los mayores. Nadie pasa tanto tiempo con ellos y, por lo tanto, nadie los conoce y comprende mejor que nosotros.

Somos ese bastón que necesitan para moverse, esos ojos que casi no ven y les iluminan, esas manos que les ayudan porque las suyas les tiemblan y no llegan a su boca, esos que secan sus lágrimas, que cambian sus pañales tantas veces como hace falta, que les dan la mano para andar, que les cantan las canciones que ya olvidan, que les regañan cuando se niegan a colaborar, que les engañan para que coman, que les obligan a que beban, que les escuchan sus historias una y otra vez sin perder la sonrisa. Sí, así somos los TCAES, las que no se dan por vencidas en ninguna situación.

Ahora está siendo duro ir a trabajar porque el miedo está entre nosotros, no queremos que le pase nada a ningún residente, que ninguno sufra. Con estrés, con miedo, con angustia, con ansiedad, a veces sin medios adecuados, pero allí hemos estado, estamos y estaremos día a día, haciendo lo mejor que sabemos y podemos. Y nos duele que se nos critique, por parte de los políticos que nos tachan de "descuidados". Nosotros no esparcimos el virus y, en todo caso, con más test se podría mejorar, y mucho, la situación. Y las familias, a las que entendemos más de lo que creen, pierden a sus seres queridos en estos momentos, y el dolor les hace pensar que no se han ido en las mejores condiciones, y, claro, es muy fácil cargar sobre los TCAES. Pero no, los TCAES hacemos muchas cosas, muchas cosas que se ven y otras que solo los residentes sienten.

Nos duele pensar que se quedan más con lo malo que con lo bueno, "Los abuelos que fallecen en las residencias" son los titulares diarios de la prensa, pero alguien piensa que esas muertes a nosotros los TCAES no nos afectan. Esas muertes nos dejan a todos "tocados", si los mayores son parte nuestra y cuando uno se va nuestro corazón se encoge.

Es difícil expresar todos los sentimientos que sientes por ellos y es todavía más difícil que la gente a pie lo pueda entender, porque, para ser TCAE, hay que tener una piel especial y un corazón muy grande, unas manos fuertes pero a la vez suaves, una voz fina, pero a la vez dominante, unas espaldas fuertes pero a la vez flexibles, una sonrisa grande y unas lágrimas contenidas, porque ellos no nos pueden ver desfalleceré, ni decaer, somos los pilares en donde ellos se apoyan para seguir adelante.

Que nadie olvide que nuestro trabajo es algo grande y hermoso y que, si los demás no lo ven así, esto no nos debe entristecer, porque, como dijo John Lennon, el amanecer es un espectáculo hermoso y la mayoría de la gente no lo ve porque duerme.

Los mayores son una deliciosa mezcla de risas, historias maravillosas y amor.

La historia no existiría sin ellos.