Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Esfuerzo de educar en las normas

Es certero en la palabra el gerente de la zona de Huesca del Salud, José Ignacio Castaño, porque utiliza su mesura habitual para realizar las lecturas correctas y dar respuestas adecuadas. Hoy, reconoce que en el estado actual de la pandemia no se trata de culpabilizar sino de un esfuerzo de transmisión de normas. Esto es, no debemos incurrir en la tentación de buscar una correlación directa e inequívoca entre las conductas y sus consecuencias, porque son sobrados los ejemplos en los que los focos y los contagios tienen un origen desconocido. Ni siquiera en los organismos internacionales o los estatales se esgrimen explicaciones concluyentes ni herramientas convincentes e inapelables. Afirmaba Baltasar Gracián que errar es humano, pero más lo es culpar de los errores a otros. En cada nivel, hemos de asumir nuestras responsabilidades en una escala que apenas admite permeabilidades. En la dirección de la gestión sanitaria, con los gobiernos. En la aplicación individual de las acciones, los ciudadanos hemos de ser conscientes de que tenemos nuestros deberes, que pasan por la prudencia y por extremar la prevención.

Los ciudadanos difícilmente conseguimos aprehender ese objeto de deseo que hoy es la confianza. Y no lo hacemos porque hemos escuchado la versión A, la versión B que difiere de aquella y una escala de grises intermedia que no resulta sencillo digerir. En tales desajustes, las incoherencias se ceban con un análisis de las intervenciones de la dirigencia, que además es plural y contradictoria, que ha adoptado comúnmente la táctica de inculpar inmisericordemente a la ciudadanía. Es cierto que, dentro de ésta, hay de todo, pero un aluvión de personas sensatas a pesar del desconcierto, y por eso es perentorio que la clase pública se desperece y empiece a hacer más pedagogía. Y más honesta.