Opinión
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  • Diario del Altoaragón

No alcanzamos la diligencia

La ambigüedad del titular de este artículo editorial pretende obtener un efecto provocativo. Los coches impulsados por veloces caballerías en el viejo oeste cinematográfico hacían imposible el esfuerzo de los ligeros corceles cuando sobre ellos montaban los siniestros de las películas. En la otra acepción, la del cuidado, la prontitud y la agilidad para lograr objetivos, tampoco nuestro país ha sido capaz de alcanzar la diligencia. Lo malo es que, al igual que sucede en el celuloide cuando sobre el carruaje circulan malvados, necesitábamos imperiosamente conseguir estadios de eficiencia para reformar sistemas para los que estábamos preparados en la vida previa a la pandemia pero, obviamente, no en unas circunstancias tan truculentas como las que vivimos desde aquel fatídico marzo.

Aunque no esté especificado, en muchas organizaciones el medio plazo es considerado en torno a un puñado aceptable de meses, pongamos que seis. El próximo lunes, se cumplirá medio año desde que, repentinamente, los ciudadanos de este país fuimos conminados a recluirnos en nuestras viviendas. En la era tecnológica, padecimos la "infoxicación" (intoxicación informativa, por la abundancia, además de otros defectos) que nos elevó la zozobra, escuchamos eufemismos de los "cogobernantes" paulatinamente desalentadores y nos concienciamos, por las fuentes, de que había que reflexionar, repensar y renovar sistemas como los de las residencias y los de la sanidad. Esta segunda oleada, medio año después, nos permite concluir que en el medio plazo se ha actuado con poca diligencia en los centros de la Tercera Edad (otra vez la gran preocupación) y también en la atención primaria. Sería injusto esgrimir que nada ha mejorado, pero la relajación ha constatado que este país sólo se pone las pilas bajo presión. Lamentablemente.

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