Opinión
Por
  • MIGUEL SÁNCHEZ TRASOBARES

Visual

El obligado confinamiento padecido por la pandemia en estos últimos meses, no sólo ha supuesto una disminución del ejercicio físico -o su falta, en algunos casos determinados- sino un empeoramiento también de nuestra salud visual.

Se trata, en efecto, de una consecuencia del estilo de vida demasiado tecnológico de nuestra sociedad, en la que el trabajo desarrollado en las oficinas ha terminado por traspasarse a las casas, con el inconveniente de pasar ahora -incluso- un número más elevado de horas frente a la pantalla que antes, aparte del tiempo de ocio que dedicamos.

Lo han corroborado recientes estudios realizados por expertos estadounidenses quienes han advertido también del incremento de enfermedades como la obesidad, el empeoramiento de la calidad del sueño, y los problemas oculares por el exceso de iluminación de las pantallas que producen una reducción de la cantidad de parpadeos habituales así como fatigas fatigas crónicas de los ojos.

Y es que gracias a una buena visión, las personas percibimos nuestro entorno tal como es a la vez que respondemos ante el mismo, siendo nuestros "dos ojos para toda la vida" fundamentales para una correcta realización de las numerosas actividades de la vida diaria.