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Fondos para los pueblos de espacios protegidos

Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, Parque Natural de Posets-Maladeta, Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara, Parque Natural de los Valles Occidentales, Monumento Natural de los Glaciares Pirenaicos y Paisaje Protegido de San Juan de la Peña y Monte Oroel representa una enumeración tan contundente como para deducir inmediatamente que son espacios naturales protegidos y que, dentro de esta figura, la coherencia dicta que hay que cuidarlos en toda su dimensión, desde el núcleo de su ecosistema hasta los pueblos que, desde lo más profundo de la historia, han ejercido con tanta cotidianidad como grandeza la integridad de estos hábitats.

De ahí que los municipios hayan respirado con alivio por el anuncio que el consejero Joaquín Olona pronunció ayer de la recuperación de uno de los dos millones de euros que iban a recibir y que en principio les habían sido retirados para atender la emergencia sanitaria y -sobre todo- económica por la pandemia de la covid-19. Representaba un mazazo respecto a las previsiones que los ayuntamientos habían programado y que, con todo, se verán reducidas en sus expectativas a la mitad. Los presidentes de las comarcas implicadas se quedaron, además, con la idea de que en el ejercicio próximo se recuperará la totalidad de la consignación de 2020, que obedece además a la disposición legal para compensar las limitaciones que los consistorios padecen en determinadas actividades por estar en un entorno protegido.

Existen pocas voluntades tan magnánimas como las de preservar el medio ambiente para que se erija en un escenario de disfrute universal, con servidumbres que, sin embargo, no pueden mermar la dignidad en la forma de vida de los lugareños. Ser justos con estos pueblos es invertir en futuro.

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