Opinión
Por
  • MIGUEL SÁNCHEZ TRASOBARES

Acoso publicitario

Acoso publicitario
Acoso publicitario

En este mundo globalizado que nos ha tocado vivir, el sufrido ciudadano cada vez siente más hartazgo de recibir ofertas comerciales telefónicas -no importa del producto que sea- a cualquier hora del día.

Los mensajes molestos y llamadas por teléfono no deseadas son recibidas tanto en las líneas móviles como en las fijas, pareciendo ser infructuosos -hasta el momento actual- los intentos de quedar a salvo de este auténtico abuso del tele marketing existente hoy día. Porque, ese delito de intromisión en la intimidad -recogido en el artículo 178 del Código Penal- como es el de invadir y violar la privacidad de cualquier individuo sin su consentimiento, puede afectar tanto al propio domicilio personal como a temas médicos, bancarios e informáticos así como a otros muchos más.

Y es que de bien poco -o más bien, de nada- han servido las manifestaciones de los máximos responsables de estas empresas reconociendo que, pese a promover ellos siempre "las buenas prácticas", que incluyen -por supuesto- no llamar a quien no lo desea, hay ciertas empresa que ¡ojo! tal como ocurre en la propia vida, persisten obstinadamente con este claro acoso publicitario.