¿Profunda renovación?

Pese al enorme tropiezo recientemente sufrido en la carrera por la ansiada vacuna que está llevando a cabo nuestra humanidad, se palpa -en el fondo- una extendida convicción de que la recuperación será rápida , aunque no tanto como verdaderamente se quisiera.

De lo que no existe duda alguna, es de que está terrible pandemia ha supuesto un motivo de reflexión para la inmensa mayoría de los ciudadanos, quienes han llegado a la conclusión de que tienen que realizar una ¿profunda renovación de sus actividades, eso sí, de una forma más segura que cuando antes las dejaron.

Al respecto, bien podría ser el caso -entre otros- del futuro del enorme flujo de nuestro turismo, auténtico motor de nuestra economía y que ha llegado a representar el 13% de nuestro PIB, que debería de realizar un cambio copernicano, pasando de ser en lugar de masas a uno de auténtica calidad.

Y es que, la ciudadanía española está harta de tanta masificación de visitantes de "baja estopa", que degradan con alborotos, peleas, desenfrenos y borracheras -hoy sí y mañana también- los centros históricos de las grandes urbes y localidades costeras, hasta el punto inclusive de hacerles sentir a sus residentes "extranjeros" en su propia casa.