Opinión
Por
  • ENRIQUE BUIL

El parque de Villaboya en Boltaña

Esta mañana paseando por una auténtica zona de lujo, que no lujosa, como es la zona deportiva de Boltaña con su parque de Villaboya, he visto un pino muerto que se había desplomado y que el personal del Ayuntamiento se afanaba en cortar para limpiar y posiblemente reponer cuando lo considere oportuno.

En estos últimos años reconozco que se le ha prestado al complejo de Villaboya una atención de la que durante un tiempo carecía. Cerramiento vallando el recinto, colocación de un chiringuito, asfaltado de la zona de parking, riego por aspersión, etcétera y, lamento decirlo, que gracias a la Covid se ha procedido a ordenar y controlar el uso de esa privilegiada zona arbolada con barbacoas, merendero y espacio infantil con columpios y otros elementos, que por cierto deberían conservarse mejor.

Pero el alma del parque es el arbolado. Desde hace mucho tiempo se ve la mayor parte de los grandes pinos enfermos, he contado más de veinte pinos secos, y de vez en cuando algunos han ido cayendo muertos con el riesgo que ello supone para quienes disfrutan de ese privilegiado entorno. Es verdad que se han ido replantando pero con minúsculas plantas, sin pensar que para que cumplan su función de dar sombra van a transcurrir muchos años.

Es por eso que me permito decir: Villaboya se muere, Dios salve a Villaboya o que el Ayuntamiento se ponga las pilas y haga una buena limpieza sustituyendo los árboles enfermos por otros trasplantados con cierto tamaño que puedan cumplir ya con la misión de regalarnos su sombra.

Quizás en otros días hablemos de la fibra óptica, de parkings, de la finalización del museo de música tradicional, de un pequeño parque con aparatos para hacer ejercicios para las personas mayores, de las soñadas piscinas para el verano, todo ello como ejemplo de las muchas necesidades que gran parte de los boltañeses y visitantes encontramos a faltar y que quienes nos gobiernan y administran tienen obligación de proveer.