Opinión
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Automóvil, un sector crítico

El automóvil es un sector tan estratégico y crítico para la economía española y aragonesa que, cuando el PIB está constipado, todos miramos con muchísimo detenimiento a su evolución. Es mucho más que la movilidad de los vehículos, siendo importante por lo que significa por un lado de dinamismo en la actividad y por otro por la sostenibilidad medioambiental hacia la que camina a pasos agigantados. En este espectro, confluye el aspecto industrial con la gran potencia por consiguiente para el mercado laboral de un gran número de comunidades; el de la exportación por su gran fortaleza en el exterior; el comercial con los concesionarios y los talleres de mantenimiento; y el consumo, y es que su buena salud es un termómetro de la trayectoria de un país.

2020 es un año condenado a una caída importante de las matriculaciones. En estos momentos, en la provincia de Huesca han disminuido un 29 % en lo que llevamos de año después de que octubre se mantuviera exactamente en el mismo guarismo que el del año precedente. Sin embargo, las previsiones de los puntos de venta son inquietantes para los meses de noviembre y diciembre, tal y como detectan el ánimo de los consumidores. El timón de la economía española va a requerir de mucha flexibilidad y, habida cuenta la coyuntura en la que nos hallamos, sería oportuno que el gobierno de la nación retocara las prioridades de sus planes de impulso del consumo equilibrando los incentivos entre los coches propulsados por combustibles tradicionales y los que son movidos por energías renovables. Al fin y a la postre, ni la tecnología, ni la industria, ni las infraestructuras de éstas se encuentran en disposición de una utilización masiva y el don de la versatilidad señala que es mejor estimular la compraventa por hábitat, seguridad y economía.

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