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  • Diario del Altoaragón

Hostelería, clamar por sus derechos

La hostelería de Aragón y de España se concentraron ayer en Huesca, en un recorrido entre las plazas de López Allué y de Cervantes, dos autores cuyos espíritus presidieron una página especial del costumbrismo como fue la manifestación de un sector que sólo reivindicó su derecho a trabajar, que es tanto decir como el cumplimiento de su misión de servir a los ciudadanos de este país. Fue, en realidad, toda una comunión a la que se sumaron comerciantes, productores y clientes, y, en un momento cargado de simbolismo, los vehículos de distribución. Hace año y medio, una prestigiosa consultora internacional calculó que en torno a la gastronomía se concentra un 33 % del Producto Interior Bruto de España. Demasiado como para despacharse con unas sospechas y una gran insuficiencia estadística miles y miles de establecimientos, y con ellos los paradigmas del turismo en el que nuestro país, además, exhibe una fortaleza competitiva incomparable en el mundo.

Los hosteleros están tan concienciados con la salud que, ante las primeras alarmas, cerraron sus puertas tres días antes de que se decretara el primer estado de alarma. Responsabilidad y compromiso con todos, incluidas las instituciones, en primer orden los clientes. Han invertido en seguridad y gastado en medidas, empequeñeciendo sus cuentas de resultados. Han sido disciplinados y hasta ejercido de "policías" exigiendo a sus clientes el cumplimiento de todas las normas y el final de sus veladas en el límite horario.

Merecen, por tanto, ser escuchados, a lo que se han negado gobiernos como señaló José Luis Yzuel. Y, después, ser ayudados como ya están haciendo once países europeos con una magnitud importante. Es sólo la transición a su real sentido, que es el de servir a la sociedad. En sus derechos están nuestros derechos.