Opinión
Por
  • ADOLFO COSTAS GASCÓN

Fraga nunca pasa desapercibida

Si hay una localidad de Aragón que, para entrar a Cataluña, siempre ha destacado de manera singular, ésta no es otra que Fraga. Pero esta ciudad no se caracteriza solamente por su buena red viaria, sino también por los muchos tesoros que le adornan: campos frondosos de toda clase de productos frutícolas, paisajes inolvidables a la orilla del Cinca, y una iglesia parroquial con castillo, de singular belleza.

Igualmente es digno de mención, su cadena hotelera y de restauración, porque somos muchos los que pudimos disfrutar de su rica gastronomía, sirva de ejemplo la que siempre nos brindó "El Casanova".

Por otra parte, no podemos olvidar la emblemática sala de fiestas "Florida Fraga", que, en los años 70, nos trajo lo más florido de la canción nacional e internacional de la época, como: Cecilia, Camilo Sesto y Demis Roussos. Pero, una de las perspectivas que más ha caracterizado a esta ciudad, es ser paso obligado hacia Cataluña, sobre todo en lo que respecta a la circulación de camiones, que procedentes del norte de España se dirigen a descargar a la zona franca de Barcelona, produciéndose en algún momento grandes caravanas de vehículos. Esta circunstancia unida a unas condiciones climatológicas adversas: fuertes vientos, niebla densa y calor sofocante en verano, contribuyeron a señalar este tramo de carretera, como uno de los más conflictivos de la red viaria en España.

Sin embargo, estos componentes potencialmente anómalos para el servicio, constituyeron un acicate para los miembros de la Agrupación de tráfico de la Guardia Civil, que como yo, tuvimos la fortuna de ser destinados allí, por el grado de superación que toda dificultad entraña. Por todo ello, este destino siempre fue para mí un referente, no solo a la hora de abordar los muchos avatares que tuve que resolver en esta materia, sino también, en mis trabajos de investigación de accidentes que después tuve que llevar a cabo. Así pues, Fraga, es una ciudad que, en mi caso nunca pasará desapercibida en el tiempo.