Opinión
Por
  • Pascual Ascaso

El peroratas

Un perorata sermonero, tedioso, engreído y aburrido es el Presidente del Gobierno en la forma de llevar el importantísimo asunto de la pandemia y que sólo le sirve para echar balones fuera y dejar la patata caliente en otras manos, en vez de asumir él la responsabilidad que le corresponde para establecer normas importantes y comunes para todo el territorio nacional. Me huele que esa mala forma de actuar le está poniendo con un pie fuera de la Moncloa y el otro en la puerta de su casa porque se lo merece. Ya lo verán.

Los contagios se multiplican, los hospitales se llenan, las UCI rebosan, las muertes crecen y la economía del país se deteriora a pasos agigantados y parece que todo esto no va con él. Con Sánchez a la cabeza y con una pandemia que cada día se agiganta, el país se desangra a borbotones desde el punto de vista sanitario y económico.

El horizonte que se vislumbra es pésimo por mucho que el presidente le quiera quitar hierro al asunto, poner paños calientes y trate de pintar las cosas de color gris, cuando son de color negro. Él lo sabe muy bien y por lo tanto debe decir la verdad y actuar de acuerdo a esa verdad.

Desde que cesó el estado de alarma el Gobierno bajó las manos creyendo que todo había pasado y esto unido a la creencia de que la vacuna estaba a la vuelta de la esquina y que iba a resolver todos los males que nos aquejan, ha hecho, insulso Presidente, que las cosas están peor que nunca y atados de pies y manos para ahora no saber qué hacer porque el virus se ha hecho dueño y señor y el gobierno pequeño y nefasto.

Parece que el presidente trata de lavarse las manos, pasando, de alguna manera, la patata caliente a las comunidades para que las arreglen como puedan. ¡Vaya Presidente que cuando las ve mal dadas se lava las manos como Pilatos! Queda claro pues que lo que está haciendo Sánchez lo sabe hacer cualquiera, porque de la perorata larga, aburrida y tediosa no sale y es esto lo que menos necesitamos.

Yo creo que el Gobierno, con su Presidente al frente, en este tema como en la mayoría se merece un suspenso, sin paliativos, por su mala labor contra la pandemia. Y lo peor es que, como alumno pésimo, no tiene visos de saber recuperar el suspenso.