Opinión
Por
  • LUIS GARCÍA NÚÑEZ

¡Más madera!

Me invita mi amigo Gregorio a que deje la impronta en esta sección del periódico. Vamos allá. Va a resultar que es verdad lo que se masculla, de que España es el país en donde más leyes se crean, pero donde menos se cumplen. Y "arrebuscando" en el baúl de los recuerdos, observo que sí, parece que se cumple el aserto, aplicable a mil aspectos de la vida nacional.

Es una circunstancia que se puede constatar en todo momento: y es que hay una de esas supuestas leyes que no se cumple -ni por el forro- y de la que nadie se cuida por que sea de otro modo.

Me estoy refiriendo a nuestras cadenas de televisión, y emisoras de radio, que haciendo caso omiso a lo recomendado, de que cuando se pase de una lectura de noticias, o desarrollo de un programa cualquiera, al pasar a un anuncio se mantenga el mismo nivel de audio que se venía produciendo en ese programa, digamos informativo. ¡No señor, hay que poner el volumen engordado y suficiente, para que el oyente dé un respingo en su butaca, preguntándose, ¿qué está pasando ¿Dónde está el incendio ¡Tranquilo, buen hombre, es que ha entrado la hora de los anuncios! Como si los mismos no pudieran oírse al mismo volumen del desarrollo de la narración de la noticia, de la película, etcétera. Un incumplimiento más de la norma, pero aquí no pasa nada. El infractor puede seguir haciendo de su capa un sayo. ¡Sí, ya sé que es cuestión de márketing! Pero si la Ley dice so, ¿por qué el emisor se empeña en el arre ¿No hemos quedado en que el pase de la narración a la puesta del anuncio, ha de ser en la misma tonalidad y volumen Lo dicho (como decía el castizo), "las leyes se hacen para no cumplirse". Eso sí, ¡como te pille el carrito del helado…! Que siempre pilla al que solo ha robado una pìzca del pollo… ¿O no, Gregorio?