Opinión
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  • Diario del Altoaragón

La transparencia otorga oportunidades

En algún momento de la pandemia, en ese lugar indefinido en nuestra comunidad porque algunos sostenemos que nuestra comunidad está en tercera ola ya que tras la iniciática padecimos una segunda en verano, ha sido inevitable la pregunta desde el Gobierno de Aragón y otras instituciones sobre la conveniencia de su política de transparencia informativa que ha situado a nuestra región en el foco prácticamente mundial.

Y no hay otra respuesta que la obligación absoluta, por deber ético, de ofrecer a los ciudadanos todos los elementos necesarios no ya para configurar su propia opinión, sino fundamentalmente por el calado del asunto para establecer sus propias pautas vitales de protección individual y colectiva. En una sociedad democrática, informar de manera coherente y taxativa representa un respeto a la madurez de las personas. Los sistemas que apuestan por la manipulación ocultan, seleccionan espuriamente, exageran y pretenden dominar el estado anímico de los individuos y las organizaciones.

En este tablero en el que se están disputando a través de tácticas defensivas y ofensivas las parcelas de la opinión pública que partidos políticos quieren absorber, se obvia la independencia de criterio y el libre albedrío que caracteriza a las personas, que en su responsabilidad de obtener la mejor información y formación tienen la oportunidad de coger de manera indirecta los mandos del timón de la nave porque, sólo si los gobernantes acatan las instrucciones que los resultados de las urnas les han impartido, les renovarán el contrato para otro mandato. Hoy, la honradez en la transmisión de la realidad y de la verdad es la única opción, de modo que quien incumpla esta obligación acabará viéndose sometido al implacable designio negativo del país.