Opinión
Por
  • ARACELI CAVERO

La Ley Celaá

Me pregunto por qué cuando las cosas funcionan hay siempre algún iluminado que quiere cargarse lo que hicieron otros, especialmente si son de un partido político distinto, o aun por el mero hecho de decir que trabajan.

Me refiero a las ideas que va presentando la ministra Celaá. Hace un tiempo nos dijo que los hijos no son de los padres. Entonces, ¿quién es responsable de sacarlos adelante ¡No me querrá decir que a los míos los ha alimentado ella! Ni siquiera el Estado me ayudó sino que fue con mi trabajo y mi sueldo que pude atender sus necesidades ¡Y les aseguro que no fue fácil para una viuda conseguirlo! Lo más reciente es que el español no sea el idioma vehicular en las escuelas de Cataluña. No sé si es idea suya o se lo han impuesto a cambio de los votos para aprobar el presupuesto, y ahora es esto lo que corre prisa ya que seguimos con los que se aprobaron en la época de Montoro. Y sabemos lo que ocurre cuando se necesitan los votos de todos los grupos parlamentarios.

Pero lo que sí creo es que ha salido del Ministerio que ella preside la propuesta de integración de los niños y niñas con discapacidad en las escuelas normales, y por tanto cargarse los centros de educación especial. ¿Se da cuenta la señora ministra del daño que puede hacer tanto a los niños, a todos, como a sus familias A los niños con discapacidad por lo marginados que se van a sentir al no poder seguir el ritmo de sus compañeros y a éstos porque muchas veces tendrán que frenar el suyo para adecuarse a los primeros. Sin contar con los momentos difíciles que se darán entre los mismos compañeros.

El papa Francisco dice a los obispos que tienen que "oler" a oveja. Esto quiere decir que tienen que estar con la gente; saber de sus problemas, de sus necesidades, de sus deseos. Pues bien, eso mismo le diría yo a la señora ministra y a sus compañeros y compañeras del Gobierno. No se puede gobernar desde la mesa de un despacho. Desde ahí no se conocen las situaciones problemáticas de los colectivos, en este caso de los centros de educación especial. Yo le sugeriría que se diera una vuelta por alguno de estos centros y evaluara su labor; que hablara con los padres para conocer su opinión y sus necesidades y entonces sí, ver si son superfluos o si verdaderamente ofrecen un servicio a la sociedad.

¿Es que no funcionan bien ¿Ninguno Entonces habría que ver los motivos y, si es necesario, corregir lo que no funciona, pero así, por las buenas, cargarse algo bueno para la sociedad me parece una barbaridad y una insensatez.