Opinión
Por
  • MIGUEL ÁNGEL FUSTERO AGUIRRE

Regenerar empieza a ser urgente

Siendo amigo del rico y sabio refranero español, no comparto el que dice aquello de "tiempo pasado fue mejor" u "otros vendrán que bueno te harán". Creo que cada tiempo es diferente y que comparar algo en distintas etapas no es lo más conveniente, habríamos de observar para ello lo que harían los de antes en el presente y los de ahora en el pasado. Quiero dejar este previamente bien claro.

Ahora bien, después de muchos años de luchar en muy diversos frentes y responsabilidades, no puedo por menos que afirmar: Es muy triste observar determinadas acciones en la vida política actual". "Siento vergüenza, porque se me pueda confundir con algunos de los que se titulan de izquierdas actualmente.

En mi última colaboración, hablaba del peligro que se cernía sobre España, puesto que radicales de un lado y del otro, estaban resucitando de entre los muertos, una confrontación que dividió este país durante muchos años, que produjo mucho derramamiento de sangre, dolor e injusticia. Decía también, que ahora la única prioridad debería ser el acabar con la pandemia y entre todos, tratar de que las consecuencias fueran lo menos perjudiciales posible. Reafirmo lo dicho donde sea menester y añado: En política no vale todo. No es ni mínimamente digno el hacer lo que sea a cambio de un puñado de votos. Esto es engañar al pueblo, prostituir la democracia, ejercer el más zafio de los despotismos ilustrados. Se trata de miopía política, nula altura de miras, de sentido de estado, honestidad intelectual, profesional, ética, cultural, ideológica, política y moral.

Si en este país hubiera un mínimo de decencia, si unos cuantos creyeran realmente en la democracia, en las libertades, la justicia social y territorial, la división de poderes, la mayoría de nuestros actuales mandatarios políticos, hubieran trazado una línea muy nítida de separación.

A un lado estarían los que defienden estos principios y al otro los que tiran de un lado y del otro de la cuerda para destrozarlo todo, si, los radicales de un bando y del otro.

Sus votos debieran quedar reducidos a la mínima expresión, ¿qué es eso de hacerlos decisivos en gobiernos estatales, autonómicos o municipales . Eso contraviene los más elementales fundamentos de alguien que realmente sea un convencido demócrata. Es más, se debiera realizar una profunda y severa reflexión autocrítica de porque hemos permitido con nuestras acciones u omisiones que pudieran llegar a tener la representación que tienen.

He visto ciudades como Madrid o Zaragoza gobernadas por organizaciones políticas con el apoyo decisivo de Vox. No es menos grave que el Gobierno de la Nación dependa casi en exclusiva de nacionalismos supremacistas y excluyentes, de radicales que bajo la aureola de izquierdas, no son más que oportunistas del tres al cuarto, impostores, aprendices de brujo, tergiversadores de los principios y del lenguaje, … ¿A dónde hemos llegado para que un partido como Ciudadanos, pueda cambiar el sentido de su voto en algo tan crucial como los Presupuestos Generales del Estado, por una demagógica interpretación del Proyecto de Ley Educativa . Señora Arrimadas, la política no es solamente el titular o el tuit del día siguiente.

¿Qué se puede esperar si en ese tacticismo de vía estrecha, Podemos prefiere incorporar a Bildu y presionar casi inconscientemente a Pedro Sánchez para que por fin haya unos presupuestos ¿Dónde vamos con un PP que a diferencia de otros partidos de su espacio político en países de nuestro entorno, mira para otro lado e incluso claudica ante propuestas de una organización reaccionaria en el ámbito de la derecha como Vox Cuando tuve el honor de compartir dirección en Izquierda Unida con Julio Anguita, este manifestó muchísimas veces su honda preocupación por la pérdida de peso del Estado, su troceado progresivo auspiciado por las sanguijuelas de partidos cuyo único objetivo es el separatismo, con la connivencia de los dos partidos mayoritarios por aquél entonces, PSOE y PP.

El tiempo le ha dado la razón. No quiero ni pensar cómo se sentirían personas de cuyos hechos y ejemplo aprendí, con las que compartí lucha e ideas como Dolores Ibarruri, Marcelino Camacho, Gerardo Iglesias, Agustín Moreno, el mismísimo Julio Anguita y muchos otros, ante la deriva de la vida política, institucional, social y económica de nuestro país.

No es de recibo, no lo es y solo mojándonos, todos, cada uno desde su medio, hablando claro, sin temores ni dependencias, arrimando el hombro, sumando, comprometiéndonos, dando vida a la sociedad civil, concienciándonos y concienciando, siendo responsables, solo así podremos contestar pacífica, pero contundentemente, este auténtico despropósito. No está tan lejos hablar de rebeldía de la sociedad, de los representados frente a la mayoría de sus representantes.

No podemos dejar que nos lo destrocen todo permaneciendo pasivos, echando tierra encima a lo que con errores y aciertos anduvimos hasta aquí en este país tras años de mucho sufrimiento, que pisoteen la cada vez menor esperanza e ilusión de la gente de a píe.

Probablemente cada vez sea más urgente la regeneración en este país si de verdad queremos tener futuro.