Opinión
Por
  • ADOLFO COSTAS GASCÓN

"Los añorados ángeles de la carretera"

Hace unos días reflejaba en este medio, la labor de los miembros de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil en los años 70, concretamente en la demarcación de Fraga, pues bien, hoy me quiero centrar en los cambios producidos dentro del ámbito de la vigilancia de nuestra red viaria, por parte de los que, desde su inicio, y en reconocimiento de su labor, llegaron a ostentar el título de "ángeles de la carretera". Se suele decir que los tiempos pasados fueron mejores, y en algún sentido así es, porque si bien actualmente el material y medios de que cuenta la DGT, es de lo más moderno y efectivo (helicópteros, radares y drones), por otro lado, se echa en falta más presencia física de motoristas en nuestras carreteras, dado que hoy día, el control de la circulación, parece estar más bien en manos de las máquinas que de los propios agentes. Y por todo ello, somos muchos los que echamos en falta esa relación y empatía que se producía entre denunciante y denunciado, ante una infracción de tráfico. Sirva de ejemplo la anécdota que con motivo de una denuncia aconteció por aquellas fechas: "un conductor sorprendido en una infracción, intentó convencer al agente para que no lo denunciara, alegando que, de hacerlo, sería su primera denuncia; a lo que el motorista replicó: ¿Pero seguro que no es esta la primera infracción que comete Contestando aquel: No señor, lo que pasa es que nunca me cogieron; concluyendo el guardia civil de tráfico: "Pues ya va siendo hora que pague Vd. alguna vez" ¿No le parece No obstante, es razonable pensar que en la seguridad en el tráfico como en cualquier otro ámbito de la vida, nos debemos adaptar a los tiempos, y así lo ha hecho con gran éxito la DGT, que con sus políticas renovadoras ha conseguido bajar el índice de siniestralidad. Pero con este artículo, el punto de añoranza en esta cuestión, está servido.