Opinión
Por
  • ÁNGEL HUGUET ASCASO

Reflexiones desde casa

D E NUEVO en casa para seguir la recuperación derivada de los efectos de la covid. La estancia en el Hospital de Barbastro, desde Urgencias hasta una habitación en la quinta planta ha sido necesaria y sobre todo, eficaz en resultados saludables. En la condición de paciente -a veces, toca- sirve para destacar la gran calidad del servicio asistencial que tenemos en Barbastro por parte de todos los profesionales. Por mi trabajo informativo, conozco la historia del Hospital desde la cesión de terrenos que hizo, en su día, la SMA para sacar adelante el proyecto cuya ejecución, en el tiempo, beneficia a más de la mitad de la provincia.

Las horas "de confinamiento obligado" en habitación compartida dejan tiempo para múltiples reflexiones personales donde la historia del Hospital se reproduce muchas veces. La sensatez imperó para ampliar servicios y dotaciones, entre ellas la UCI. ¿Se imaginan que no tuviéramos el Hospital en estos momentos ni los profesionales que hacen posible su funcionamiento diario con muchísimo trabajo, esfuerzo y, tal vez, falta de medios ... Extensible a los Centros de Salud y sus trabajadores, primera instancia obligada.

En el paso del tiempo, recuerdo los avatares y lamento las numerosas polémicas de índole político que hemos visto y contado en medios. A estas alturas, creo que muchas sobraron, incluso que fueron excesivas y a veces, innecesarias. En tiempos de pandemia, las cosas se ven de otra manera, te das cuenta de la necesidad del Hospital, de su servicio excelente y del trato profesional de todos.

Se agradece mucho cuando se pasa mal, en general, y eso que mi situación personal ha sido casi "irrelevante" si la comparo con otros enfermos de la quinta planta que siguen ahí en espera del alta. En mi primera noche, apenas conocí al compañero porque de madrugada dejó de respirar. Cuando se lo llevaron di gracias a Dios por seguir vivo y encomendé su alma, nunca supe quién era -me dijeron que de Biescas- solo que estaba muy mal. "No te quejes", pensé porque otros están peor y muchos ya no lo cuentan.

Por mi trabajo, he escrito sobre el patrimonio religioso durante 25 años. Ahora, prioriza el interés por el patrimonio de la vida sin dejar la defensa de las obras. El arte sigue ahí -donde sea- como legado de sus autores que lo crearon, disfrutaron y murieron. El patrimonio de la vida dura menos y es más importante, sobre todo ahora, sin dejar la lucha por la causa.

La covid llegó sin saber cómo, por dónde y de qué manera. De la noche a la mañana en mi caso concreto y después de contarlo como periodista, las cosas se ven muy diferentes cuando afectan a nivel personal y familiar. Las cifras diarias están ahí pero de lector a formar parte de la estadística cotidiana hay mucha diferencia. La parte positiva de esta situación negativa es la gran respuesta social que se nota por llamadas, wasaps y mensajes, extensivos a la familia.

A estas horas, en mi primera jornada en casa, se me ocurren tantas cosas que no sabría contarlas pero he querido dejar constancia de la experiencia personal, no es igual contarla en el periódico que pasarla. En fin, gracias a todos, personal del Centro de Salud, de Urgencias y del Hospital, entre ellos la doctora Encarnación Vilalta, del Servicio de Medicina Interna. "Cuando hablemos, mírame a los ojos", me pidió en su primera visita…. Le dije que por mi trabajo ya estaba acostumbrado. Al final, sonrisas mutuas que se agradecen mucho en estos tiempos tan difíciles. Gracias a todos.