Opinión
Por
  • Teófilo Marco

Vivir sin ver

La acromatopsia (desorden de la visión), las personas que la tienen todo lo ven en blanco y negro, en escala de grises, porque tienen atrofiados los conos que captan la luz, que sirven al cerebro para interpretar los colores.

Hay personas que solo ven en la vida lo material y no lo espiritual. ¿Por qué Será tal vez por la falta de fe religiosa, ¿eh A estas personas, si procuran leer-estudiar, la Sagrada Escritura, digo yo, les puede suceder lo que a San Agustín que por ello se convirtió de pagano a cristiano. Un día oyó: "toma y lee". Voz que creyó oír como salida de la casa contigua. Sorprendido por no poder saber cuál era la lectura que se le indicaba, corre a la casa de su amigo Alipi. Al entrar encuentra sobre la mesa un libro: las epístolas de San Pablo, Agustín lo abre al azar y lee: "No paséis la vida entregados a los festines y placeres? imitad a Cristo y ciudad de no satisfacer los desatinados deseos de la carne". Esto fue suficiente para alumbrar su espíritu y disipar las tinieblas de su inteligencia, y le hizo cambiar su vida pagana por una vida de buen cristiano. Puede ser que algunas personas ni por leer y estudiar la Biblia crean y empiecen a tener fe religiosa. Tal vez les venga bien pensar un poco más en lo que Jesucristo les decía a los judíos que no creían en Él: "Si no creéis a mis palabras, creed en las obras que yo hago, estas dan testimonio de Mí". Y las obras las sigue haciendo a través de alguna persona; por ejemplo, cuando estaba vivo el fraile capuchino padre Pío de Pietrelcina, el fraile de los estigmas de la Pasión, sacerdote de oración y penitencia, gran confesor y director espiritual. Uno de los santos más conocidos del siglo XX. El santo canonizado con asistencia de miles y miles de personas.

En un libro sobre el padre Pío cuentan que, una señora italiana con un cáncer le pedía a su marido que la llevase a ver y hablar con el padre Pío que, tal vez por su mediación se podría curar. El marido se negaba: "no te curan los médicos y te va a curar un fraile?" Pero un día la llevó, con la condición de que él no entraba en la iglesia: "ya entrará contigo nuestro hijo?" La señora habló y se confesó con el padre Pio, y este le dice al hijo de ella, niño de unos diez años: "Niño, sal a la calle y dile a tu padre que quiero verle?." El niño salió y le dice a su padre: "Papá, entra, que el padre Pío quiere verte." El padre se quedó quieto y blanco como una estatua de mármol. El niño era sordo y mudo desde que nació. La señora se curó del cáncer y su marido se convirtió en persona con fe católica.