Opinión
Por
  • JAVIER GARCÍA ANTÓN

El cacique Camo

El cacique Camo
El cacique Camo
PIXABAY

En su obra Provocación, Stanislaw Lem propone el Principio al que ya ha dado nombre: "Nadie lee nada; si lee, no entiende nada; si entiende algo, lo olvida inmediatamente". Y, en tal obstruccionismo a la comprensión del mundo, nos topamos con un tono de reprimenda por la portada de nuestro monográfico del 35 aniversario en las simbólicas escaleras del Casino Círculo Oscense: ¡Pero si están presididas por el busto de un cacique! Cuando tu interlocutor ostenta cierta titularidad jerárquica en su organización, la reacción más conveniente es aguardar unos cuantos días para que no sea reptiliana sino racional, pasando por el sistema límbico de la emoción de sentirnos muy oscenses.

Imbuidos de la soberbia de los doctrinarismos, tendemos a juzgar los episodios del pasado con ojos del presente, con un supremacismo moral que apenas resiste dos asaltos en el cuadrilátero de la historia. Y, así, quien me increpa desconoce que Manuel Camo Nogués fue el fundador de El Diario de Huesca que vio la luz el 16 de noviembre de 1875, un periódico de exuberante modernidad para sus tiempos, en los que un grupo de promotores quiso llenar el vacío de una publicación diaria para ocuparse "de cuanto en el orden moral y material afecte al progreso y desarrollo de los intereses de la provincia de Huesca" y publicar, "sin comentarios", las noticias más importantes. Esto es, entendiendo y respetando la madurez del lector, asignatura hoy pendiente por su deficiencia en las malas prácticas en torno a un falso ejercicio periodístico.

Pero, además, Camo, alcalde, diputado, liberal, edificó el Casino Círculo Oscense e incoó el concepto de riegos del Alto Aragón entre otros logros. Cacique en sentido estricto. Quien lo dude, al diccionario de la RAE.